En el contexto actual de cambio climático y creciente preocupación por la sostenibilidad, la industria está experimentando una transformación hacia la adopción de energías renovables. Dos tecnologías destacadas en este proceso son las instalaciones fotovoltaicas y la generación de energía a partir de biomasa.
Las instalaciones fotovoltaicas se han convertido en una opción atractiva para el sector industrial. Su funcionamiento se basa en la captación de la energía solar y su conversión en electricidad, lo que permite reducir los costes operativos y la dependencia de fuentes de energía no renovables. Además, al utilizar energía limpia y renovable, las empresas contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y a la protección del medio ambiente.
Por otro lado, la generación de energía a partir de biomasa representa otra alternativa sostenible en el sector industrial. Esta tecnología se basa en el uso de materia orgánica, como residuos agrícolas o desechos industriales, para generar calor o electricidad. Al aprovechar recursos naturales y residuos, la biomasa ayuda a reducir la contaminación ambiental y a promover la economía circular.
Para aprovechar al máximo estas energías se busca la integración óptima dentro de las edificaciones industriales y logísticas:
- En el caso de placas fotovoltaicas colocándose en las cubiertas maximizando la captación de energía solar.
- Respecto a las instalaciones de biomasa se diseñan espacios para el almacenamiento seguro de combustible y la ubicación estratégica de equipos de generación.
La proliferación de estas energías en el sector industrial representan un paso crucial hacia un futuro más sostenible, responsable con el medio ambiente y enfocado al cumplimiento de los objetivos de la agenda 2030. Las nuevas construcciones y orientaciones en el sector buscan aprovechar al máximo estas soluciones, contribuyendo así a la lucha contra el cambio climático y fomentando una industria más eficiente y respetuosa con nuestro entorno, al mismo tiempo que se incrementa la rentabilidad de las inversiones en entornos industriales y logísticos.
